La Extremadura de la Época Moderna fue un territorio marcado por las tensiones y conflictos sociales. En los dominios de las órdenes militares, entre los siglos XVI y XVIII, la justicia no solo regulaba la vida cotidiana, sino que también reflejaba las luchas de poder (que condicionaban la resolución de las disputas), el peso de la violencia física y verbal y la persistente conflictividad social. El presente libro, a través de un análisis riguroso y documentado, examina en profundidad cómo se impartía justicia en estos territorios, desentrañando los delitos, los actores involucrados y el contexto social en el que se desarrollaban a través de los procesos judiciales. Esta obra no solo aporta una visión profunda y detallada de una sociedad donde el honor, la necesidad y la disputa eran parte del día a día, sino que también se adentra en las condenas impuestas y los mecanismos de control ejercidos por las distintas instancias judiciales, que no solo perseguían la violencia, sino que también la utilizaban como herramienta de control social.